martes, 1 de julio de 2014

La Gran Estafa, versión express (II)

Este artículo es la continuación de uno anterior en el que explicábamos el origen y mecanismo de la reserva fraccionaria.

Aquí continuaremos con la exposición de las consecuencias de dicha práctica sobre la economía.

Venga, que me tienes en ascuas.

Lo que sabemos hasta ahora es que, con la reserva fraccionaria, los bancos están poniendo en circulación dinero nuevo que no está respaldado por el ahorro de nadie.

¿Y cuál es el problema?

Para explicártelo, primero tenemos que comprender qué es exactamente ahorro, y cómo afecta a la estructura productiva de una economía.

Esto lo explica la Teoría del Capital, que puedes encontrar en este tocho de 1200 páginas del bueno de Böhm-Bawerk. Pero, como me has pillado de buenas, te lo voy a resumir aquí en unas pocas líneas.

Un detalle.
Comencemos.

Algo fácil de comprender es que cualquier proceso de producción implica una serie de fases (que llevan tiempo) antes de que el producto pueda ser consumido. Por ejemplo, la fabricación de un coche implica las fases de: diseño, extracción de mineral, transformación en metal, transporte, etc, etc, etc, ensamblaje, y distribución, hasta que llega a los concesionarios para que sea consumido por los compradores, años después de que se iniciase el proceso.

Lo mismo ocurre con la plétora de objetos que te rodean ahora mismo (tu mesa, tu silla, tu botella, tu lámpara, tu ropa, tu ordenador, tu teléfono...). Son todos productos de un largo y complejo proceso de fabricación.

Cuantas más fases tiene un proceso de producción (cuanto más complejo o sofisticado es), más valioso es su producto final (en calidad y/o cantidad), porque, si no, ese proceso sería absurdo, y nadie lo habría iniciado.

Tiene sentido... si un proceso de producción es complejo o largo, es porque no se puede conseguir lo mismo con un proceso más simple o corto...
Eso es. Otra noción importante que debemos comprender es el concepto de "inversión". Invertir es dedicar recursos a alargar y sofisticar los procesos de producción, para obtener al final algo más valioso que lo que se obtiene con un proceso más simple o corto.

Pero, para invertir, primero hace falta ahorrar. 

No veo clara esa relación, ¿puedes explicarla?

Usaré el ejemplo clásico que se suele usar para exponer este tema.

Imaginemos a Robinson Crusoe en una isla desierta. Dedica todo su día a recoger frutos del suelo para alimentarse. Como Robinson es un hombre sagaz, mientras recoge frutos, piensa: "si tuviese una vara larga para golpear los árboles, recogería los frutos que necesito más rápidamente".

Pero encontrar la rama adecuada, cortarla, y prepararla, le llevaría un tiempo. Supongamos que calcula que tardaría 4 días en tener la vara preparada.

Si quiere fabricar su vara, va a tener que "ahorrar" frutos para alimentarse durante los 4 días que tarda en hacerlo. Supongamos que tarda un mes en ahorrar los frutos suficientes para alimentarse 4 días. Tras ese mes, tiene suficientes ahorros (frutos) para invertirlos en fabricar la vara.

Trabaja durante 4 días en la confección de la vara alimentándose de los frutos ahorrados. Una vez finalizada, consigue su ración de frutos 10 veces más rápido que antes. El proceso, que antes era "recoger frutos del suelo", se ha sofisticado. Ahora tiene 2 fases: "golpear el árbol" y "recoger frutos del suelo".

Ahorrar es renunciar al consumo ahora (guardar frutos) para obtener algo más valioso en el futuro (más frutos más rápido).

Vale, he comprendido que invertir es alargar (o sofisticar) el proceso de producción. También he comprendido que ahorrar es dejar de consumir. Y que para invertir es necesario ahorrar.
Correcto.

Veamos cómo funciona el mecanismo del ahorro en una economía real, pero no una rota como la nuestra, sino una en la que no existe la "reserva fraccionaria". 


Supongamos que, en esta economía, la gente decide ahorrar. Es decir, la gente reduce su consumo y guarda su dinero.

¡Eso sería terrible! ¡En la tele dicen que hay que consumir para que la economía vaya bien!
¿Y no te suena raro? No digo diferente, digo raro. Si no te suena raro ahora, te sonará raro cuando acabes el artículo. Continúo.

Cuando baja el consumo pasan 2 cosas importantes. La primera: baja el volumen de trabajo en las etapas de producción próximas al consumo (El Corte Inglés necesita menos dependientes, los bares necesitan menos camareros, se necesitan menos concesionarios, etc, etc.). 

Por tanto, las empresas próximas a las etapas de consumo se ven obligadas a no contratar, e incluso a despedir trabajadores. También baja su volumen de negocio, tienen que bajar los precios, y obtienen menos beneficios que antes. Algunas, incluso cerrarán.

¿Lo ves? ¡Te lo dije! ¡Aumento del paro y descenso de la actividad económica! ¡El ahorro es dañino! ¡Hay que potenciar el consumo y el gasto!
Espera, esto no es lo único que ocurre. 

La población puede hacer 2 cosas con los recursos ahorrados: dejarlos en su cuenta corriente, o "invertirlos". Como en esta sociedad los bancos no funcionan con reserva fraccionaria, dejarlos en la cuenta corriente supone un coste. Por tanto, la gente tiende a invertir ese dinero para sacarle un rendimiento.


Hay muchas formas de inversión, pero aquí vamos a tomar la más sencilla como ejemplo: prestárselo a los bancos, porque estos pagan un interés a cambio.

Con ese dinero que tú le prestas al banco, éste hace a su vez un préstamo, pero a mayor interés para obtener un beneficio. Está actuando como intermediario financiero, una actividad lícita desde el punto de vista legal, acorde al derecho tradicional, y compatible con el sentido común.


Pero, espera ¿no es eso lo que pasaba con la reserva fraccionaria?

No, porque aquí, al hacerle un préstamo al banco, estás renunciando a la disponibilidad de esa moneda durante un tiempo. El banco transfiere monedas de un bolsillo a otro. No hay moneda nueva. La masa monetaria se mantiene constante.

Comprendido. Continúa.

Cuanto menos consume la gente, más dinero ahorra. Cuanto más dinero ahorra, más dinero le presta al banco. Y cuanto más dinero le presta al banco, más dinero tiene el banco para prestar. Y como hay más dinero para prestar, su precio (tipo de interés) baja, por efecto del mercado.

Que el precio del dinero baje quiere decir que los empresarios tienen acceso más barato a los recursos necesarios para iniciar proyectos de inversión, creación de nuevas empresas, etc.

Pero como los beneficios de las empresas próximas a las etapas de consumo han bajado, no parece el lugar más idóneo para iniciar proyectos de inversión o crear nuevas empresas.

Los empresarios, gente astuta, observan que cuanto más alejadas están las empresas de las etapas del consumo, menos afectadas se ven por el descenso del mismo.

Este hecho actúa como incentivo para que los recursos económicos (dinero barato fruto del ahorro) se inviertan en etapas alejadas del consumo, en lugar de en etapas próximas al consumo (que han perdido rentabilidad).

¿Qué significa que invierten en etapas alejadas del consumo?
Quiere decir que se dedican recursos (dinero y trabajadores) a optimizar, perfeccionar, y sofisticar las etapas de producción previas al consumo de las que hablábamos antes. Se estira el proceso productivo.

Este aumento de la inversión y creación de empresas en las etapas alejadas del consumo genera una demanda de trabajadores para llevar a cabo los proyectos de inversión. Ahora te pregunto yo: ¿de dónde salen esos trabajadores?

¡Esta me la sé! ¡de las empresas que se vieron obligadas a despedir y a cerrar por el descenso del consumo!
Correcto: la sociedad se reestructura

De alguna manera, la sociedad dedica menos recursos a recoger frutos, y más recursos (trabajadores y dinero) a sofisticar su obtención (fabricar más varas, cultivar, etc).

Cuanto más ahorra y menos consume una sociedad, más invierte, más estira y optimiza su estructura productiva, y más competitiva y próspera es.

¿Quieres decir que una sociedad que consume poco e invierte mucho es más próspera que una que hace lo contrario?
No me digas que te sorprende...
¿Te suena ahora más raro lo que dice la tele respecto al consumo? Pues cuéntaselo a los keynesianos...

No tan rápido. Esto que me has contado es muy bonito. Pero con el sistema de reserva fraccionaria, en el cual los bancos están generando crédito de la nada, la financiación es aún más barata, y, por tanto, ¡se puede hacer la misma inversión o más sin necesidad de ahorrar! ¡la reserva fraccionaria es el mejor invento del mundo!
Efectivamente, con reserva fraccionaria los bancos generan crédito sin ahorro previo. Crédito que puede dedicarse a la inversión (como hacía el señor López al comprarse un tractor). Pero, en economía, los trucos siempre tienen consecuencias. Veamos cuáles son en el tercer y último artículo de esta serie.



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